La mente anima a no salir de la cama, a entregarse, a estar en su dominio, observando el estado de cansancio mezclado con una mente negativa dominante, decido hacerle caso al alma, esta quiere vivir el cambio, escuchar el río y saludar a los pequeños hierbajos que bailan la vibración del Naam, la experiencia dice que detrás del obstáculo está el paraíso y que cuando la presión está encima, uno debe comenzar para que esta desaparezca.
Arrancandonga!!, todo tranquilo, menos el corazón con ganas de romper y gritar hasta que todos los Universos escuchen la angustia y manden una gota de sanación para poder disolver las emociones. Aparece el río en la mente, inmediatamente arreglo la mochila sin darle espacio a la duda, mantita, linterna, navaja, mechero y un poco de fruta, a todo esto me acompaña la gran guerrera espiritual, Prana, una perrita con la cual me encuentro en muchas situaciones como su discípulo.
Salimos de casa caminando y respirando conscientemente adentrándonos en el monte para bajar al río, las respiraciones no ascienden del corazón, existe un bloqueo emocional que impide amar sin condiciones, por la voluntad interna seguimos y cada respiración rasga como una espada afilada mi centro para que la energía vital entre sanando.
Llegamos al río y el silencio lo contiene todo, la esencia se siente como parte nuestra, el amor se encuentra en cada espacio, me siento en una roca a la orilla del Mandeo, mientras Prana explora los aromas. Medito, medito en el Ser, en el Gran Ser, el dolor impide por momentos fluir, pero el fluir también se encuentra en aceptar ese dolor, observo en lo mas recóndito retirando todas las caras de las emociones, veo los apegos que tanto deseo, todas las restricciones que impiden navegar por el Canto Eterno, por el Naad en mi mas pura conciencia.
El río refleja todo lo exterior, la propia vida es un reflejo, tan solo observando con gran atención se perciben las piedras que se encuentran por debajo guardando el secreto, entonces es cuando el Alma se baña en el agua sagrada. El verdadero espejo es el que no refleja, es en el que puedes entrar y ser la esencia, el vacío. La luz se encuentra en el verdadero espejo, mantén tu espejo limpio, transparente para que todos los seres puedan ver la esencia, lo que realmente somos. En ese momento veo mi dolor, en el reflejo del río, pero ese no es el río, ese no soy yo.
Seguimos el sendero por el Mandeo, los árboles susurran pidiendo abrazos, al abrazarlos la forma y el reflejo del árbol desaparece, el contacto es con el mismo árbol, su energía, la fuerza que empuja hacia los centros más elevados. El corazón se alinea con la intuición y la base y la emoción se disuelve transformándose en devoción, en comunión con el verdadero Naad, las lágrimas limpian y purifican.
Vuelta a casa, armonía, la lluvia bendice el templo, Prana guía con fuerza y confianza.
Todo cambia, todo se transforma.
Mantén el espejo limpio para que pueda ver en tus ojos el Amor básico.
Sin probar el Néctar del Naad la vida es un espejismo.
Ámate y Elévate a ti mismo.
Arrancandonga!!, todo tranquilo, menos el corazón con ganas de romper y gritar hasta que todos los Universos escuchen la angustia y manden una gota de sanación para poder disolver las emociones. Aparece el río en la mente, inmediatamente arreglo la mochila sin darle espacio a la duda, mantita, linterna, navaja, mechero y un poco de fruta, a todo esto me acompaña la gran guerrera espiritual, Prana, una perrita con la cual me encuentro en muchas situaciones como su discípulo.
Salimos de casa caminando y respirando conscientemente adentrándonos en el monte para bajar al río, las respiraciones no ascienden del corazón, existe un bloqueo emocional que impide amar sin condiciones, por la voluntad interna seguimos y cada respiración rasga como una espada afilada mi centro para que la energía vital entre sanando.
Llegamos al río y el silencio lo contiene todo, la esencia se siente como parte nuestra, el amor se encuentra en cada espacio, me siento en una roca a la orilla del Mandeo, mientras Prana explora los aromas. Medito, medito en el Ser, en el Gran Ser, el dolor impide por momentos fluir, pero el fluir también se encuentra en aceptar ese dolor, observo en lo mas recóndito retirando todas las caras de las emociones, veo los apegos que tanto deseo, todas las restricciones que impiden navegar por el Canto Eterno, por el Naad en mi mas pura conciencia.
El río refleja todo lo exterior, la propia vida es un reflejo, tan solo observando con gran atención se perciben las piedras que se encuentran por debajo guardando el secreto, entonces es cuando el Alma se baña en el agua sagrada. El verdadero espejo es el que no refleja, es en el que puedes entrar y ser la esencia, el vacío. La luz se encuentra en el verdadero espejo, mantén tu espejo limpio, transparente para que todos los seres puedan ver la esencia, lo que realmente somos. En ese momento veo mi dolor, en el reflejo del río, pero ese no es el río, ese no soy yo.
Seguimos el sendero por el Mandeo, los árboles susurran pidiendo abrazos, al abrazarlos la forma y el reflejo del árbol desaparece, el contacto es con el mismo árbol, su energía, la fuerza que empuja hacia los centros más elevados. El corazón se alinea con la intuición y la base y la emoción se disuelve transformándose en devoción, en comunión con el verdadero Naad, las lágrimas limpian y purifican.
Vuelta a casa, armonía, la lluvia bendice el templo, Prana guía con fuerza y confianza.
Todo cambia, todo se transforma.
Mantén el espejo limpio para que pueda ver en tus ojos el Amor básico.
Sin probar el Néctar del Naad la vida es un espejismo.
Ámate y Elévate a ti mismo.
Mohan Singh
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